La Diputación de Sevilla ha mantenido una colaboración con el Puerto de Sevilla, orientada a la repoblación de las zonas verdes de sus instalaciones con ejemplares procedentes de sus viveros, una actuación que se ha sellado con la visita del diputado provincial de Servicios Públicos Supramunicipales, Gonzalo Domínguez, a dicho emplazamiento, donde ha podido conocer junto al presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Rafael Carmona, la actividad, tanto naviera como ferroviaria, del que es el único puerto marítimo de interior de España y enclave estratégico para el desarrollo logístico e industrial de la provincia.
La Diputación dispone de viveros para la producción, cultivo y abastecimiento de plantas, preferentemente a los ayuntamientos de la provincia, pero también para suministrar ejemplares a las instituciones que así lo soliciten, aunque la colaboración se extiende también a la prestación de ayuda técnica, basada en la realización de proyectos, diseños y asesoramiento técnico relacionado con las plantaciones en general.
“Este programa es de los más antiguos del Servicio y los ayuntamientos que hacen uso del mismo disponen de una subvención de un 80% de su coste”, ha explicado Gonzalo Domínguez, para quien “el embellecimiento de espacios públicos e institucionales no solo cumple una función ornamental”. “Incorporar la naturaleza a estos espacios los refuerza como zonas más saludables y ámbitos de convivencia para la ciudadanía. En nuestros viveros, estamos cultivando una amplia diversidad de especies y variedades ornamentales, unas cien entre árboles y arbustos”, ha añadido el diputado.
Los viveros de la Diputación son tres, cada uno de ellos con una función distinta: el Vivero Central, ubicado en la Carretera de Miraflores, es el más antiguo, tiene 30 hectáreas y en él se reproducen y recrían plantas en contenedor y bancales, cuyo ciclo de cultivo no sobrepase los seis años; Vivero del Cortijo del Cuarto, que se ubica en la finca del mismo nombre, en la Barriada de Bellavista, con 15 hectáreas, en el que solo se recrían plantas cultivadas en el suelo, con la pretensión de hacer ejemplares de gran porte, siendo el ciclo de las plantas cultivadas superior a los seis años, y el Vivero de San Antonio, ubicado en la finca del mismo nombre, en el término municipal de Cazalla de la Sierra, que es el más pequeño, con 2 hectáreas, y en el que se reproducen y cultivan solamente plantas autóctonas del lugar.