El Ayuntamiento de Marchena ha presentado en la tarde de este martes las últimas obras adquiridas para el Museo 'Coullaut-Valera' entre las que destaca las de un bonito crucificado de madera que fue bendecido. Al acto, en el museo que da nombre el afamado escultor marchenero, han acudido numerosas personalidades entre las que destacan la alcaldesa de la localidad, María del Mar Romero, la concejala de Turismo Teresa Jiménez, y el concejal de Cultura Víctor Montes. También han estado presentes miembros de hermandades, el presidente del Consejo de Hermandades y el párroco de San Juan y San Sebastián Manuel Chaparro, entre otras personalidades.
Durante el acto se han presentado las tres nuevas piezas del escultor que el Ayuntamiento ha adquirido para su rica colección de un museo único en el mundo de un artista único e internacional". Ramón Ramos, encargado del Archivo Municipal de la Biblioteca Pública, fue el encargado de detallar cada una de las tres adquisiciones, empezando por el 'Relieve en terracota de una escena del Amadís de Gaula', fechada en Sevilla 1899.
Una obra en barro cocido de la etapa de juventud del escultor, realizada con tan solo 23 años cuando residía en Sevilla y acababa de suicidarse su maestro Antonio Susillo. Destaca la filigrana y el virtuosismo a la hora de realizarla, habiendo zonas con bajo y alto relieve. Restaurada por José María Calderón.

La segunda obra que incorpora el Museo 'Coullaut Valera' para el disfrute de marcheneros y visitantes es un boceto que utiliza grafito sobre papel datado en 1927, usado por el artista antes de realizar una de sus piezas en madera o piedra. Según las investigaciones se trataría de un trazado para el Sagrado Corazón de Bilbao que representaría una multitud con tres mujeres.

El crucificado y su bendición
Y se llegó al momento cumbre de la tarde con una pieza datada en 1926 que aspira a ser la joya del museo. El crucificado fue ofrecido desde Mallorca, con algún problema que otro en aduanas, pero solventados finalmente. Una pieza que venía en un estado aceptable pero que tuvo que ser restaurado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Se trata de una figura de gran detalle y minuciosidad adquirida por el Ayuntamiento junto a las otras dos gracias al esfuerzo del Ayuntamiento de Marchena.
Posteriormente, el párroco Manuel Chaparro procedió a la bendición del crucifijo dejando un momento único para la historia y una pieza de gran calidad que preside la entrada del museo y que en palabras de la alcaldesa "al mirarlo se me para el tiempo".



