El Instituto López de Arenas de Marchena ha celebrado este jueves un encuentro con el alumnado premiado a lo largo de sus 50 años de historia en la Formación Profesional y 25 años desde la implantación del Bachillerato.
Más de 60 antiguos alumnos, galardonados en distintos certámenes y reconocimientos académicos desde 1988 hasta 2024, regresaron al centro en un acto cargado de emoción y recuerdos. Pese a las dificultades de transporte debido a incidencias en la carretera, el evento contó con una notable asistencia de alumnos y profesores que quisieron revivir su paso por el instituto.
Un legado de excelencia educativa
El encuentro sirvió para recordar el extenso historial de premios y reconocimientos que han marcado la trayectoria del instituto. Entre ellos, destacan el Certamen Nacional de Jóvenes Investigadores, el Premio Nobel Junior de Estocolmo, el Premio Nacional de la Escuela de Negocios IESSE de Madrid, el Premio Arco Iris al Cooperativismo, el Premio Humanitas de la UPO, el Premio Iberdrola, así como numerosos galardones en concursos de emprendimiento, investigación y literatura.
En su intervención, Juan Antonio Zambrano, exdirector del instituto, destacó la importancia del esfuerzo, la creatividad y el espíritu emprendedor que han caracterizado al López de Arenas a lo largo de los años. Subrayó que cada uno de estos premios no es solo un trofeo o un reconocimiento, sino el reflejo de horas de trabajo, ideas innovadoras y la valentía para enfrentar desafíos.
Además, rememoró anécdotas vividas junto al alumnado en diversos proyectos, como la conducción de un AVE en Ciudad Real tras una visita al Museo del Ferrocarril en Madrid, la investigación sobre la estancia de Colón en Santa Eulalia, la exploración de exvotos en el Santuario de Consolación de Utrera o la creación de un cómic original sobre cooperativismo que sorprendió a un jurado especializado.
Una formación basada en cuatro pilares
Zambrano también quiso resaltar la Esencia Educativa del López de Arenas, una filosofía que trasciende la enseñanza académica para formar personas comprometidas con su entorno. Esta esencia se apoya en cuatro pilares fundamentales:
- Innovación, como motor de cambio para generar nuevas ideas y soluciones.
- Investigación, para fomentar el análisis crítico y la búsqueda de conocimiento.
- Emprendimiento, como vía para transformar proyectos en realidades.
- Solidaridad, promoviendo valores de cooperación y responsabilidad social.
El exdirector recordó la importancia de conocer el pasado para entender el presente y diseñar el futuro, citando a Antonio Banderas en su pregón de la Semana Santa de 2011. También resaltó los recientes éxitos del instituto, como el Premio de Fomento de la Lectura de la Junta de Andalucía, logrado gracias a iniciativas como Arenas Lectora, Arenas FM, La Voz a Ti Debida, Personas Libros, el Concurso de Microrrelatos y el Concurso de Debates.
Finalizó su discurso con una frase del fundador del Grupo Empresarial Mondragón, José María de Arizmendiarrieta: “El signo de la vitalidad no es durar, sino renacer y adaptarse”, destacando así la capacidad del instituto para seguir evolucionando y formando generaciones de estudiantes con valores y talento.
El acto se convirtió en una celebración del legado educativo del López de Arenas, reafirmando su papel como referente en la formación académica en Marchena y en toda la provincia de Sevilla.
